Así, podemos encontrar que la Corte Suprema
concentra hoy tres funciones críticas: la jurisdiccional, en la resolución de
los recursos más importantes; la de control disciplinario sobre los jueces
inferiores; y la de conducir la gestión administrativa y presupuestaria del
sistema. Todas esas funciones las realiza colectiva- mente, muchas por medio de
plenos que no resultan operativos, con enormes carencias de información, sin
procedimientos que cuenten con estándares adecuados de transparencia y con una
muy baja productividad. Además, estas diversas funciones compiten entre sí por
la atención de la Corte.
Lo anterior nos invita a replantearnos el sentido de tener
una Corte Suprema que se haga cargo de to- das estas tareas. Si consideramos a la Corte Suprema como
un tribunal propiamente de casación, pareciera necesario que Chile discuta la
necesidad de tras- pasar estas funciones �??algunos esquemas en los que se
incluya a la propia Corte�?? en las materias antes descritas �??gestión, carrera
judicial, calificaciones, disciplina, entre otras�??. Esfuerzos académicos
recientes dan cuenta de la necesidad de este debate1.
Con todo, delegar las funciones no jurisdiccionales de la Corte Suprema en otros organismos, no implica que la Corte deba ejercer las jurisdiccionales de la manera en que las ejerce actualmente. Este documento buscar hacerse cargo precisamente de esta cuestión. No solo hay razones de especialización, calidad de las sentencias y certeza jurídica detrás de la idea de que la Corte Suprema cuente con meca- nismos de filtro que le permitan conocer, de manera selectiva, los casos más relevantes del sistema; sino, 7. y desde una perspectiva económica y de política pú- blica, también existen razones de escasez y eficiencia en el uso de los recursos públicos.
Descargar completo en PDF.Repensando el rol de la Corte Suprema en nuestro ordenamiento jurídico
El Certiorari en el Proceso Apelativo de Puerto Rico y Estados Unidos
La Corte Suprema de Justicia de Costa Rica, organización actual y perspectivas futuras